miércoles, 20 de febrero de 2013

El sueño (o mejor dicho “pesadilla”) del estadio propio.

El estadio de la Universidad de Chile ha sido un sueño desde los mismos inicios de nuestra institución. Lamentablemente, dentro de este sueño que no ha podido concretarse existen factores que son transversales a todos los intentos de nuestro club por la casa propia: por un lado está el contexto, donde siempre que se ha querido construir el estadio ocurre algún hecho que no lo permite; por el otro: las malas directivas, que se han farreado este sueño de los hinchas de la Gloriosa. Ahora, es importante tener en cuenta que intentos ha habido muchos – seis hasta antes de que llegara Azul-Azul – y bastante concretos en algunas oportunidades, pero lamentablemente no se han concretado por lo dicho anteriormente. Estos intentos tenemos que tenerlos claros por algo simple: la nueva concesionaria nos dijo que el 2014 estaría nuestro estadio y ya lo dan por algo indefinido. Ahora, ¿esto es algo nuevo dentro de las directivas que han regido a nuestra amada Universidad de Chile? Eso es lo que veremos ahora, a través de los intentos anteriores por hacerle un estadio al León.

Extraído de www.lacuarta.cl
El primer intento por la Universidad de Chile por tener su estadio propio sería en el año 1942. Hacían ya dos años que la “U” había ganado su primer campeonato y se era necesario un lugar donde ejercer la localía. El estadio se construiría en la Quinta Normal, pero al igual que como el proyecto que vendría en el año 1946 (en la población Juan Antonio Ríos), no se concretaría nada. Un tercer proyecto en esa década, y que contaba ya con un respaldo más serio para su concreción, se daría dos años después del último, en el año 1948. Este proyecto sería llevado a cabo por una sociedad anónima (no son de estos días no más) llamada “Sociedad Anónima Deportiva Universidad de Chile”, donde la idea era que con la compra de acciones se buscara recaudar el dinero necesario para la construcción, acciones que costaron $1000. Este fue el primer proyecto serio, que fue llevado a cabo por el rector de la Universidad de Chile y que contaba, además, con el apoyo del presidente de la época: Gabriel González Videla. El intento finalmente fracasaría por no recaudarse el dinero necesario por la venta de acciones. Ahora, como anécdota, no está demás decir que se ubicaría en la actual comuna de la Granja (en ese entonces fundo “La Castrina”) y que tendría el triste y amargo nombre de “Estadio Monumental Universidad de Chile”.

Extraído de "Demolición de la Villa
San Luis en Las Condes". Aporte enviado por una lectora 
Hasta aquí, estos tres intentos que se dieron en la década de los 40’ no fructificaron principalmente porque no existían los medios para concretar algo tan grande como es un estadio, más que por los malos manejos de las directivas que trataron de llevar a cabo este tremendo proyecto. Desde ahí, tendrían que pasar 23 años para que se concretara otro proyecto de estadio para el León. Este se consiguió el año 1971, donde el, en ese entonces, presidente del club Emilio Torrealba, logró que la Cormu (Corporación de Mejoramiento Urbano) “… le permutara unos terrenos que tenía la casa de estudios en el aeródromo La Castrina, en La Granja, por seis hectáreas del fundo San Luis, en Las Condes, lugar que hoy es conocido como Parque Araucano”. Este sería el proyecto de estadio que más se acercó a realizarse: la capacidad era de 15.000 personas y además, en acuerdo entre la Unidad Popular (UP) y el club, el estadio no solamente sería un recinto deportivo: “El plan no sólo incluía un estadio para el club (…) Contemplaba, además, la construcción de viviendas sociales para 50 mil personas, centros cívicos y comerciales”.

Era un proyecto tremendo. No solamente el León tendría su ansiada casa, sino que además se harían viviendas sociales donde se utilizaría el recinto deportivo para hacer escuelas de fútbol gratuitas para los niños de la que sería llamada “Villa San Luis”. Ahora ¿qué pasó con este proyecto que contaba con una dirigencia organizada, financiamiento y el apoyo del gobierno? Una historia conocida por todos: el 11 de septiembre de 1973. Este plan tenía incluso fecha de inicios de obra, que serían paradójicamente en el mes donde fue el golpe militar. Algunos ingenuos plantean que el proyecto no se concretó por las dificultades de acceso y otro tipo de cosas relacionadas con la construcción misma del recinto, pero como se pudo ver con posterioridad en base a los manejos de las directivas de la Corfuch eso no sería más que una mala justificación. El mayor proyecto de la “U” para tener su estadio, el más avanzado, fue eliminado por los militares y sus ansias de sacar al yanacona de la crisis y utilizarlo como forma de distraer la atención.

Extraído de www.estadiodelau.cl
Posterior a esto, el sueño del estadio trataría de ser realizado por una nueva directiva, la de la Corfuch bajo la presidencia de Rolando Molina. En otro artículo dentro de este mismo blog hemos visto más en detalle los malos manejos del primer presidente de esta nueva forma de dirigir al León (ver “La Corfuch, parte I: la edad oscura. 1978-1989”), pero aparte de la desaparición de dinero y los malos manejos económicos, la historia del “Estadio Mecano” es una de las más vergonzosas de todas. A grandes rasgos, Molina trajo desde Brasil aquel estadio, donde se contaba ya con un terreno, por lo que se podría pensar que estaba todo prácticamente listo para que por fin el León tuviera su estadio propio, pero había un problema: “Se compró la estructura, se consiguió un terreno, pero no había dinero para pagar el impuesto de internación”. Grave error del señor Molina, ya que dio por hecho que para el pago del impuesto de internación recibiría apoyo de las autoridades, pero lamentablemente “… la dictadura había elegido al archirrival para invertir en popularidad, salvándolo de la quiebra y poniendo las pantallas de TVN a su disposición para atraer donaciones en vivo y en directo”. Lamentablemente para Molina las fichas de la Tiranía estaban puestas en otro equipo, en el “archirrival”, por lo que esperar una ayuda desde ahí era demasiado ingenuo.

¿Qué pasó entonces con este estadio para 25.000 personas que seguía varado en el norte sin poder entrar? Se buscaron otros medios para recaudar el dinero: ejemplo de esto es la Inmobiliaria Deportiva Andrés Bello S.A. que, a través de distintos medios para recaudar fondos (campañas, rifas de todo tipo, premios, asientos en el estadio, etc.), buscó conseguir internar finalmente aquel estadio. Para el dolor de Molina (y de todos los hinchas del León, hay que decirlo) el dólar en Chile se dispara y el país entero se declara en quiebra, por lo que se quiebra así también este intento por lograr la casa propia. Finalmente, después de este vergonzoso acto de la primera directiva de la Corfuch, una de las últimas, la de René Orozco, intentaría construir un estadio en lo que era la famosa “Ciudad Azul”. No es necesario, a modo de opinión personal, recordar lo que pasó con ese proyecto, que lamentablemente sigue fresco en la memoria de todos. La Ciudad Azul no quedó plasmada más que en folletos que repartía la Corfuch a los socios (entre los que se encontraba quién escribe esto).


La "Ciudad Azul", el mejor chiste de René Orozco
¿Qué pasa entonces con nuestro estadio? Como vimos, los dos proyectos más concretos se tuvieron que enfrentar a una mezcla de cosas: primero, el contexto que no permitió que se concretaran ninguno de los dos (la dictadura militar); mientras que por otro lado, también se podría incluir la falta de financiamiento, llevada a cabo por directivas que no eran capaces de concretar proyectos de tanta envergadura. Ahora, hoy en día contamos con dirigentes que han llegado a ser premiados por sus buenos manejos, donde es pública la cantidad de dinero con que se cuenta para hacer el estadio: en base a esto, solo podría limitarnos el contexto, un contexto que ya no existe por lo que tampoco sería una excusa por parte de nuestros dirigentes para no concretar el proyecto. Entonces ¿qué? No hay justificación ahora, Azul-Azul no tiene excusas para no cumplir lo que prometió: la casa del León.